Breve historia de los coworkings y sus orígenes
22/06/2017
¿Cuántos años creéis que tiene el concepto de coworking?
Aunque parezca una moda muy joven y moderna, el concepto de coworking y oficina compartida no nació ayer precisamente… Y es que… ¿Quién no habla de coworking hoy en día? Ya no ocupan los espacios de coworking sólo los autónomos y emprendedores. Empresas de todos los sectores también ven cada vez más los beneficios que ofrece un espacio de trabajo compartido. ¿Dónde y cómo nació este concepto revolucionario que rompe con el status quo laboral, tal y como siempre se había entendido? En Coworkidea nos hemos sumergido en la historia de los coworkings para crear esta breve cronología.
Historia de los coworkings
1995: Nace el C-base en Berlín
El C-base se considera uno de los primeros modelos de espacios de coworking, y como no, nació en Berlín, una de las ciudades más innovadoras del mundo. El C-base nació como una asociación. En sus orígenes fue un espacio muy orientado a una comunidad de mentalidad parecida, con un interés común por las computadoras, la tecnología y por trabajar bajo el mismo techo. Juntamente con el Metalab en Viena, este proyecto berlinés inspiró el nacimiento de muchos espacios de coworking similares en los Estados Unidos.
1999: Bernie DeKoven utiliza por primera vez el término «coworking»
En 1999, el diseñador de videojuegos americano Bernie DeKovem, que se dedicó sobre todo a estudiar los beneficios de los juegos, creó la palabra «coworking». Para él, el coworking significa «working together as equals« (trabajar juntos como iguales), lo que contrasta con el «working together, yet separate« (trabajar juntos aunque separados), la definición a la que estamos más acostumbrados. Esta sigue siendo una de las bases del concepto de coworking y del trabajo colaborativo.
2002: comunidad de emprendedores en Viena
Muy poquito después de la revelación de DeKoven, dos emprendedores austríacos con otros socios y colaboradores (arquitectos, consultores de comunicación y relaciones públicas, startups, etc.) dieron otro paso importante dentro de la historia de los coworkings. Dejaron de trabajar desde casa para abrir su propia comunidad: Schraubenfabrik. Aunque no se definiera como un coworking, este espacio estaba pensado exclusivamente para la comunidad de trabajadores y sus socios y su comodidad en su vida laboral. Lo definieron como un centro para la comunidad.
2005: se inaugura oficialmente el primer espacio de coworking
El programador Brad Neuberg lanzó oficialmente el primer espacio de coworking en San Francisco. La asociación ofrecía al principio entre 5 y 8 escritorios dos días a la semana, con wifi y comidas compartidas. Un año más tarde, el espacio cerró para dar paso en 2006 a la conocida Hat Factory, ahora también ya cerrada.
No obstante, durante esos años no tardaron en abrirse otros espacios de coworking con un espíritu similar. También fue el momento en el que se expandieron los cibercafés como lugar de trabajo. En 2005 se abrió una de las primeras cafeterías en Berlín con Wifi abierto a todo el mundo que invitaba a cualquier usuario a venir a trabajar con su portátil. En 2007, en Francia se abre La Boate en Marsella y en 2008 la Cantine y la Ruche en París.
2007: el coworking se pone de moda en Google
En 2007 el coworking empezó a considerarse una nueva tendencia dentro la base de datos de Google y de otros buscadores de internet. Desde entonces, el volúmen de búsquedas de «coworking» y otros términos relacionados, como el de nómadas digitales, no ha parado de crecer. De hecho, como ya tiene su página de Wikipedia, ya se puede considerar que el concepto de coworking existe oficialmente 😉
2017: Los coworking como espacio de transformación
Durante estos últimos años, los espacios de coworking se han ido extendiendo por todos los continentes y han cambiado la forma de trabajar de miles de personas, aportando valor al día a día de autónomos y pequeñas empresas. ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántos coworkings hay en el mundo? Os lo aclaramos: actualmente existen unos 14.000 coworkings en todo el planeta y alrededor de unos 240 en Barcelona. Eso sí, ¡ninguno como el nuestro! 😉